TEMA 1.- EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA
(PARTE 1/3)
Colaboración de Editor Invitado: Julio Matus I.
Colaboración de Editor Invitado: Julio Matus I.
Ante las
recientes noticias de la pandemia que ha afectado a las naciones, una serie de
preguntas son frecuentes en el mundo cristiano y no cristiano ¿Cuándo será el
fin anunciado por la Biblia? ¿De qué forma será? ¿En qué tiempo ha de ser?
¿Cómo serán los acontecimientos? En la presente serie se abordará de forma
general, bíblica y esquemática los próximos acontecimientos anunciados por las Escrituras,
a fin de compartir al lector un panorama general de los eventos que ocurrirán
en últimos tiempos según la Biblia.
Estando Jesús
sentado en el monte de los Olivos los discípulos se le acercaron aparte,
diciendo: "Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del
fin del siglo?" Mt. 24:3 Ante
esta pregunta, Jesús comienza uno de sus discursos proféticos más
esclarecedores registrados en las Sagradas Escrituras acerca del fin de los
tiempos:
"Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” Mt. 24:4-8
El cumplimiento
de las palabras de Jesús ha sido la tónica de diversos acontecimientos que han
ocurrido en la historia del mundo desde los tiempos de Jesús en la tierra hasta
nuestros días. Desde el momento en que el Maestro ascendió, estas palabras ya
se han ido cumpliendo y para verlo con más claridad le ruego que reflexione en
torno a las siguientes preguntas: ¿Ha habido hambre en el mundo en los últimos
2000 años? ¿Hay en este tiempo países que estén pasando por escasez de recursos
y sus pobladores pasan hambre en estos momentos? ¿Ha habido guerras en la
historia del mundo? ¿Hay guerras entre países en este momento? ¿Ha habido
grandes terremotos en el mundo en los últimos 100 años? ¿Recuerda o sabe de
alguno? ¿Ha habido enfermedades (pestes) virales en los últimos años? ¿Qué me
puede decir del reciente Coronavirus, del Ébola, VIH etc.?
Cómo usted
puede ver le ha sido fácil responder afirmativamente a todas estas señales que
Jesús habló con respecto al fin de los tiempos. Si analizamos el contenido de
estas palabras, podríamos afirmar que todo ya está cumplido según las Escrituras.
Ahora, también nos hablan de otras señales que serán aún más estremecedoras,
por ejemplo, se nos dice que el sol se oscurecerá, que caerán las estrellas de
los cielos (similar a una lluvia de meteoritos), la luna no dará su resplandor
(Ap.6:12-13)
¿Se puede
imaginar un día sin sol? Pues la Escritura dice que vendrán días en donde el
sol no saldrá y la luna no brillará, habrá una oscuridad total, los moradores
de la tierra querrán morir a causa del temor que vendrá en esos días más no
podrán; dirán a las rocas: “caed sobre nosotros” y sin embargo la muerte no
estará (Ap. 6:16). Tales eventos aún no han tenido su cumplimiento, por eso es
importante examinar las escrituras con detención y preguntar: ¿En qué tiempo
estamos? ¿Será verdad lo que la Escritura afirma? ¿Cómo puedo saber que eso va
a ocurrir?
EL TIEMPO EN EL QUE ESTAMOS
Todos los
eventos ocurridos en el A.T. con el pueblo de Israel están directamente
relacionados con la respuesta del pueblo al pacto que Dios hizo con ellos. (Dt.
9:6-29; Ex.19)
De modo que la
desobediencia al pacto instaurado por Dios en su relación especial con ellos,
llevó a toda la nación a cautividad, en primera instancia las 10 tribus
perteneciente al Reino del Norte en el 722 a.C. y posteriormente las 2 tribus
perteneciente al reino del Sur en el 586 a.C.
De las 10
primeras tribus se perdió todo rastro pues fueron llevadas cautivas por el
reino de Asiria y en ese lugar los cautivos se relacionaron con las naciones
extranjeras, de modo que se perdió la pureza racial que Dios había encomendado
al pueblo de Israel en su pacto (Dt. 7:2-3, Gn. 24:3 Es. 9:2) a fin de ser un
pueblo santo apartado para Dios.
El segundo
grupo fue llevado cautivo por los Babilonios, cumpliendo una cautividad fuera
de su tierra. En este tiempo, conocidas son las historias del profeta Ezequiel,
Daniel y Ester, personajes que existieron durante este periodo.
Luego de 70
años de cautividad, el pueblo retorna a su tierra en los tiempos de Esdras y
Nehemías. En ese tiempo, se observa el levantamiento de las murallas de
Jerusalén y la posterior construcción del Templo.
Después de los
anuncios realizado por el profeta Malaquías en el año 457 a. C. aprox., viene
un periodo de silencio de 400 años en que Dios no levantó profetas en el pueblo
de Israel hasta la venida de Juan el Bautista, que tuvo por misión preparar el
camino del Señor. Después de la muerte y resurrección de Cristo comienza el
establecimiento de la iglesia en el mundo, dicho evento fue marcado por la
venida del Espíritu Santo en los días de Pentecostés.
Entender estos
aspectos de la historia Bíblica son cruciales para entender la profecía
Bíblica, esto debido a que Dios, con la venida de su Hijo a la tierra, da a
conocer Su plan para con el mundo entero. Dios hace una pausa al plan que tenía
con la nación de Israel para formar un grupo nuevo: "LA IGLESIA”, y
así de esta manera manifestar su gracia a los gentiles. Este nuevo tiempo es profetizado por Jesús al
anunciar la caída de Jerusalén en Lc. 21:20-24:
“Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que, en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.”
Tal
evento ocurrió desde los años 70 al 73 d.C., cuando el emperador Tito sitió la
ciudad de Jerusalén, destruyendo el templo y dispersando a los judíos entre las
naciones, desde ese momento en adelante Jerusalén ha sido continuamente hollada
(algunas traducciones usan la palabra pisoteada según NVI, NTV) por las
naciones extranjeras y sus habitantes judíos han estado dispersos por el mundo
y así ha sido desde el siglo I hasta el siglo XX. Es desde 1920 en adelante
donde ha habido un retorno sustancial de los judíos a su tierra, donde más
tarde en 1948 se declararía la independencia de Israel formada como un estado
libre y soberano con su capital en Tel Aviv.
El tiempo
actual corresponde a un tiempo en donde Dios ha hecho una pausa a su plan
establecido con Israel a través de sus pactos, y se está manifestando a los gentiles.
Tal tiempo en donde la gracia de Dios será anunciada en el mundo entero; esto
también es reafirmado por el apóstol Pablo en Romanos 11:25-27:
“Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (…)”
Hoy estamos en el
tiempo en que Dios visita a los gentiles con Su gracia, llamando a los
pecadores a formar parte de un Pueblo especial, Su Iglesia. Hoy la iglesia
tiene la misión especial de ser la pregonera de la salvación de los pecados y
anunciar la segunda venida de Cristo para establecer Su reino.
En las Escrituras
observamos que existen 3 grandes grupos de personas: los judíos, los gentiles y
la Iglesia de Dios (1 Co. 10:32; Ro. 11: 25-27). Estos 3 grupos deben ser diferenciados,
porque Dios tiene un propósito definido para cada uno y su entendimiento es crucial
para tener una adecuada comprensión de la profecía bíblica. Si bien el único
medio para ser salvos es por medio de la fe en Jesucristo, es cierto que ha
habido judíos convertidos al cristianismo y ellos forman parte de este gran
grupo de la Iglesia; el mismo grupo que conforman los “muertos en Cristo” (1 Ts.
4:14), y todas las personas que confían en Cristo como su Salvador, desde su
ascensión al cielo hasta el tiempo presente.
Sigue...
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