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sábado, 28 de marzo de 2020

¿QUE ES MENESTER QUE YO HAGA PARA SER SALVO?



¿QUÉ ES MENESTER QUE YO HAGA PARA SER SALVO?

Hechos 16:30-31 Reina-Valera Antigua (RVA):
30 Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo? 31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.

Desde que recuerdo tener memoria, observé en casa de mis abuelos un cuadro que mostraba una cita bíblica: Hechos cap. 16, ver. 30-31. Pero, más que cualquier otra cita que vi, oí o leí desde mi niñez, este me llamaba la atención, porque usaba una palabra distinta a la que todos usamos en nuestra vida, la palabra “menester”, una palabra, como decía, poco usada y casi desconocida en nuestro lenguaje.

Indagando en algún diccionario secular (RAE), podemos encontrar y entender el significado de esta palabra de la siguiente manera.

-          Falta o necesidad de algo.
-          Instrumentos o cosas necesarias para los oficios u otros usos.

Es decir, algo que yo necesito, algo de lo que carezco o no poseo y añadiendo la segunda definición, por qué medio suplo o alcanzo aquello que necesito.

Por ello, queridos hermanos, cuando este carcelero de Filipos, expresa a Pablo y Silas estas palabras: “¿qué es menester que yo haga para ser salvo?” les está diciendo directamente que carecía de algo, necesitaba algo… ¿Por qué? Porque vio, tanto en Pablo como en Silas, una condición mayor y mejor, de más estima y el sintió la necesidad de poseerlo. Necesitó en gran manera ser alcanzado por lo mismo que ellos habían sido alcanzados; por ello, exclama "qué debo hacer para suplir esa necesidad" o "cuál es el camino" y "cuál es el medio".

Conocemos la respuesta, que parece ser simple pero a la vez profunda: 
“Cree en el señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”. 
Solo en Cristo podemos alcanzar esta salvación. Solo en Cristo hay vida y entre muchos otros adjetivos que pudiéramos añadir acerca de cómo actúa este Redentor y Salvador, muchas veces lo olvidamos; sobre todo cuando vienen tiempos de tormenta u oscuridad o si no hemos sido alcanzados realmente por esta verdad. Basta con solo creer en el poder redentor de su sacrificio; pero debemos hacerlo con todo nuestro corazón. Éste es el mayor deseo de nuestro Señor: alcanzar a aquellos que aún no le conocen.

Y como última reflexión, no por el hecho de militar en una congregación o haber sido criados bajo un hogar cristiano tenemos asegurados este encuentro con Dios. Debe nacer ésta necesidad que nació en el carcelero para que sean abiertos nuestros ojos y sanados nuestros corazones.

¡Que Dios nos bendiga!


"y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa."
Hechos 16:30-31 (RVR 1960)


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