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"¿No es este el hijo del carpintero?..." Mateo 13:55 (RVR1960)
"¿No es este el hijo del carpintero?..." Mateo 13:55 (RVR1960)
La venida
de Cristo significa un antes y un después en el escenario de la tierra, y bien
sabemos los cristianos lo trascendente de esto. Sin embargo, a quienes era enviado, no le recibieron.
Ellos, el
pueblo escogido de Dios, esperaban a alguien como Moisés, que por medio de
grandes prodigios y milagros los rescató del yugo de esclavitud de los
egipcios. Puede ser que esperaran a alguien de una talla similar a la de sus
antiguos reyes, o alguno de sus jueces que les habían libertado en momentos de
oprobio.
Demás está
decir que esto no sucedió, pues El Hijo de Dios no vino como ellos pensaban.
Fue en
medio de una modesta familia, sin mayor apariencia, donde vino a nacer la
esperanza de toda la humanidad.
Sus
predicaciones no estaban cargadas de ciencia, ni tampoco de razonamientos
humanos, pero estaban llenas de sabiduría de Dios (Mateo 13:54).
Miremos en
parte alguna de sus enseñanzas:
·
No
os hagáis tesoros en la tierra… (Mateo 6:19)
·
Amad
a vuestros enemigos... (Mateo 5:44)
·
No
os afanéis por vuestra vida… (Mateo 6:25)
Se puede
apreciar que ninguna de ellas podía causar simpatía en un pueblo que estaba
viviendo bajo la opresión de un imperio.
Aquellos
hombres solo deseaban que les fuera quitada la afrenta de esclavitud, sus
corazones estaban llenos de orgullo y no perdían ocasión de enemistarse con su
prójimo cuando sus propios intereses se veían amenazados.
Sus
corazones nunca pudieron entender que Jesús había venido a librarlos de un
enemigo mucho más mortífero: el pecado.
Esos ojos enceguecidos nunca comprendieron que era Dios mismo quien se había
despojado de toda su gloria para venir a predicar entre los hombres una
enseñanza que puede hacer sabio al más sencillo de los hombres. Ellos solo veían
al hijo de un carpintero, cuando era la plenitud de Dios que se movía entre
ellos pregonando la enseñanza más sublime que jamás se ha escuchado.
La vida de
Jesús causó tal controversia entre sus pares, tanto así, que su mismo pueblo lo
entregó para ser crucificado, dando muestras del rechazo a todas y cada una de
sus enseñanzas.
"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron."
Juan 1:11 (RVR 1960)
Juan 1:11 (RVR 1960)
Hoy, el
pecado continúa esclavizando a muchos hombres. No obstante, el mensaje de amor
que fue rechazado, se hizo universal, llegando a alcanzar a todos quienes por
medio de la fe se acercan a Cristo, el único con el poder de hacernos verdaderamente libres.
"Porque ya conocéis la
gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre,
siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos."
2° Corintios 8:9 (RVR1960)
2° Corintios 8:9 (RVR1960)
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