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lunes, 20 de abril de 2020

JESÚS: EL HIJO DEL CARPINTERO


Fuente: http://mvcweb.org

"¿No es este el hijo del carpintero?..." Mateo 13:55 (RVR1960)

La venida de Cristo significa un antes y un después en el escenario de la tierra, y bien sabemos los cristianos lo trascendente de esto. Sin embargo, a quienes era enviado, no le recibieron.

Ellos, el pueblo escogido de Dios, esperaban a alguien como Moisés, que por medio de grandes prodigios y milagros los rescató del yugo de esclavitud de los egipcios. Puede ser que esperaran a alguien de una talla similar a la de sus antiguos reyes, o alguno de sus jueces que les habían libertado en momentos de oprobio.

Demás está decir que esto no sucedió, pues El Hijo de Dios no vino como ellos pensaban.

Fue en medio de una modesta familia, sin mayor apariencia, donde vino a nacer la esperanza de toda la humanidad.
Sus predicaciones no estaban cargadas de ciencia, ni tampoco de razonamientos humanos, pero estaban llenas de sabiduría de Dios (Mateo 13:54).

Miremos en parte alguna de sus enseñanzas:

·       No os hagáis tesoros en la tierra… (Mateo 6:19)
·       Amad a vuestros enemigos... (Mateo 5:44)
·       No os afanéis por vuestra vida… (Mateo 6:25)

Se puede apreciar que ninguna de ellas podía causar simpatía en un pueblo que estaba viviendo bajo la opresión de un imperio.
Aquellos hombres solo deseaban que les fuera quitada la afrenta de esclavitud, sus corazones estaban llenos de orgullo y no perdían ocasión de enemistarse con su prójimo cuando sus propios intereses se veían amenazados.

Sus corazones nunca pudieron entender que Jesús había venido a librarlos de un enemigo mucho más mortífero: el pecado. Esos ojos enceguecidos nunca comprendieron que era Dios mismo quien se había despojado de toda su gloria para venir a predicar entre los hombres una enseñanza que puede hacer sabio al más sencillo de los hombres. Ellos solo veían al hijo de un carpintero, cuando era la plenitud de Dios que se movía entre ellos pregonando la enseñanza más sublime que jamás se ha escuchado.

La vida de Jesús causó tal controversia entre sus pares, tanto así, que su mismo pueblo lo entregó para ser crucificado, dando muestras del rechazo a todas y cada una de sus enseñanzas.

"A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron."
Juan 1:11 (RVR 1960)

Hoy, el pecado continúa esclavizando a muchos hombres. No obstante, el mensaje de amor que fue rechazado, se hizo universal, llegando a alcanzar a todos quienes por medio de la fe se acercan a Cristo, el único con el poder de hacernos verdaderamente libres.

"Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos."  
2° Corintios 8:9 (RVR1960)

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