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jueves, 16 de abril de 2020

LA BIBLIA CONTRA LAS TEORÍAS CREACIONISTAS: ¿SOMOS PARTE DE LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES?


“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.”
Colosenses 2:8

Comencemos aclarando que la idea de la «selección natural de las especies» o «teoría de la evolución», por la cual se cree que el hombre desciende de un ancestro de alguna familia de primates, requiere una cantidad similar o mayor de fe que la que se requiere para creer lo que nos enseñan las Sagradas Escrituras.

Ambas posiciones podrían describirse mejor como «filosofías respecto al origen de la vida» que como «teorías científicas», ya que aunque se crea que la Biblia dice lo correcto no podemos afirmar que sea un libro científico, y por su parte, en el caso de la teoría de la evolución, nunca se ha probado su veracidad científica y por eso se llama justamente «teoría».

De hecho, la teoría de la evolución incluso se contradice con algunas otras teorías científicas, como por ejemplo con la «segunda ley de la termodinámica1» que indica que si se deja todo en reposo, todo tiende a desordenarse cada vez más, y no a ordenarse y hacerse más complejo (todos alguna vez lo hemos visto y comprobado).

La teoría de la evolución también supone que los cambios o mutaciones son siempre beneficiosos, mientras que la observación de la naturaleza nos muestra que a veces no resulta así.
Por todo esto, siempre que se escucha hablar responsablemente de la teoría de la evolución se va a escuchar hablar de «eslabones perdidos» o de «misterios» todavía no resueltos. Por esto, volvemos a la afirmación inicial: ni la teoría de la evolución ni la de la creación especial por parte de Dios se pueden comprobar en un laboratorio. Las razones son que la creación especial ocurrió una vez y la evolución es demasiado lenta como para que se pueda observar.

¿Qué debemos responder, entonces, cuando nos pregunten sobre este tema? Dos posibles recomendaciones serían:
Primero: que la teoría de la evolución, en particular en lo que respecta al ser humano, nunca ha sido demostrada, y por lo tanto no es necesario afirmarla ni creerla como si fuera un hecho científico.
Y segundo, debemos tener muy en claro que la Biblia no es un libro primariamente de biología ni de antropología, por lo que debemos enfocarnos en lo que estamos bien seguros y que la Biblia destaca: Dios creó todas las cosas y las puso en orden para que funcionen. Y dentro de su creación estuvo el ser humano, a quién Dios creó para amarlo, y quién no puede ser feliz sin corresponderle a Dios.

Es por eso que quien no tiene una relación con el Creador tiene un vacío que no puede llenar con ninguna otra cosa que no sea Dios.

“Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.”
Isaías 45:18

1. Aquí se refiere a la entropía que ocurre en un sistema determinado, la cual, en términos muy generales, indica que todo sistema tiende al desorden y que a mayor desorden, posee mayores probabilidades de éxito de “supervivencia”.

REFERENCIAS
Todas las citas bíblicas han sido consultadas en el sitio web BibleGateway, disponible gratuitamente en https://www.biblegateway.com/
Leys, L. 101 Preguntas difíciles 101 respuestas directas. Editorial Vida, Miami FL. 2011., p. 23.


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